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jueves, 21 de abril de 2011

Hola de Nuevo, viejo amigo (parte 4)




-¿Qué hago aquí?
   
-Querías hablar conmigo, ahora podemos hacerlo tranquilamente... este lugar está reservado solo para nosotros, nadie nos molestará aquí...
   
-Pero estamos en mitad del desierto... ¿No tienes otro sitio un poco menos arenoso...?- Al tiempo que lo decía cogió con sus manos un poco de arena y la dejó caer
   
Atem sonrió.
   
-¿Qué te hace tanta gracia si se puede saber?- Seto lo miró inocente y desafiante a la vez...
   
-Claro...- Atem se inclinó ante Seto y como por arte de magia aparecieron en la habitación de Atem en el palacio que pertenecía a Atem...- ¿Esto le gusta más Kaiba?- dijo alzando ligeramente la cabeza para mirarle e esos ojos en los que quería perderse, como tantas otras veces lo había hecho...
   
-¿Dónde estamos?- dijo Seto algo más incómodo que la primera vez
   
-Ya te lo he dicho, en mi mundo, estamos dentro de mi mente, de mi espíritu, controlo este lugar a mi antojo.
   
-¿Por qué yo estoy aquí?- preguntó
   
-¿No eras tú el que ha venido a buscarme, no eras tu el que quería hablar conmigo...? Ahora somos iguales, tu y yo... Te has quedado dormido Seto, por eso estás aquí... En el momento en que despiertes... desaparecerás de este mundo...
   
-¿¡Quién te ha dado el permiso o el derecho para traerme a este lugar sin decirme nada y por tu propia decisión!?- dijo enfadado, pero es el momento en que terminó de hablar vinieron a su mente las palabras de Iria... "Hazme el favor de ser sincero contigo mismo" bajó la mirada y la desvió al lado contrario en el que estaba Atem.
   
-¿Seto... ocurre algo?- Atem se le acercó y para sorpresa de Seto lo cogió del brazo, y sintió como la mano de Atem le cogía del brazo y sintió como aquella cálida mano lo aferraba con seguridad, pero sin apenas mostrar fuerza... Seto se lo quedó mirando a aquellos ojos en los cuales también se había perdido en varias ocasiones y no pudo evitar mostrar una cara de sorpresa. Simplemente lo había cogido y notaba como su corazón se aceleraba...
   
Por otra parte Atem, ya llevaba tiempo nadando en los ojos de Seto sin rumbo previo ni fijado, pero el corazón de este no sólo se aceleraba por momento, si no que, como siempre, le hacía la competencia al de Seto... Allí se quedaron durante unos segundos mirándose a los ojos, sin nada que decir... Cuando Seto pudo reaccionar Atem sabía que se había terminado por hundir en la mirada de kaiba y este le soltó y se sentó en la cama... Seto lo seguía calculaba meticulosamente cada movimiento y barajaba sus posibilidades, pero siempre en silencio y con un rostro en el que procuraba no mostrar más de sus sentimientos excepto aquella cara seria que él ya le tenía acostumbrado a mostrar...
   
-Set...
   
No pudo terminar si quiera de pronunciar el nombre de aquel que le estaba besando y atravesando el corazón hasta quedar casi perforado por completo, Atem solo podía asombrarse de que Seto lo estuviera cogiendo de la barbilla e inclinado frente a él saboreaba esos labios milenarios que apenas mostraban alguna queja. Seto no podía tampoco creer que estaba allí y haciendo eso, pero... solo quería dejarse llevar, por primera vez sólo iba ha hacer lo que le decía su instinto... Seto se quedó de rodillas delante de Atem y apoyando su cabeza en las rosillas de éste... solo se sentía miserable y confundido...
   
-¿Por qué Atem?- Él lo miró- ¿Por qué no podía dejar de pensar en ti, por que no podía hacer que desaparecieras de mi cabeza...?
   
-Seto yo... yo...también sentía que te necesitaba... lo siento
   
-¿Qué...?- preguntó alzando solo la cabeza
   
-A veces, aparecía ante ti por que quería verte Seto, a veces no era solo tu imaginación...
   
-Y pensar que he dejado a Mokuba al cargo de la kaibaCorp por venir a buscarte... Debo haberme vuelto loco...
   
-Sí... eso mismo he pensado yo muchas veces...
   
Atem levantó al cabeza de Seto y volvió a besar los labios de aquel que estaba arrodillado ante él, lo levantó hasta que ambos estuvieron de pie... y después Seto empujó a Atem para tumbarlo en la cama, lo miró desde arriba y le sonrió con cara de entre maldad y mucha picardía. Atem parecía medio drogado y solo miraba a los ojos azules de su mayor rival. Seto había perdido el control y su cordura, se habían hundido en los ojos violetas de Atem, y aún siendo consciente de esto... solo se dejó llevar por el deseo que ardían dentro de su cuerpo.
   
Seto acorraló a Atem entre sus brazos y volvió a besarlo, ya nada importaba, la locura dentro de su cuerpo lo había llevado a tal extremo que la vergüenza y el orgullo se habían quedado estancados en los ojos de Atem mientras que estos ojos tampoco dejaban que ese orgullo volviera a su dueño. Subió una de sus piernas y las puso entre las de Atem que caían suavemente de la cama reposándose cuidadosamente en el suelo, los brazos de Atem se aferraron a su camiseta impidiendo que de algún modo Seto pudiera separarse de él, y así, sin poder hacer nada por evitarlo ni queriendo hacerlo, sus brazos se deslizaron por todos lo botones que tenía en la camiseta, y uno a uno se fueron desabrochando, poco a poco y sin dejar que Seto se separase de él...

Cuando Seto quiso darse cuenta ya no tenía puesta la camisa, y las manos de Atem se deslizaron por su pecho y tronco hasta llegar al botón y la cremallera del pantalón, mientras Seto ya había levantado la mano y subido la pierna izquierda para dejarla por fuera de las de Atem y deslizaba aquella inocente mano por el trasero a Atem y con la firme intención de introducirle el dedo corazón, Atem no pudo evitar soltar un jadeo cuando Seto lo hizo, pero Seto lo besó aun con más intensidad que antes, sin saber exactamente como Seto se había quedado sólo con sus bóxers azul marino. Por otra parte Atem se había quedado totalmente desnudo y deseaba que aquello no terminara nunca, por primera vez aquel momento sería único para los dos, ambos seguían intentando que él otro fuera el primero en sacarlo de sus casillas, pero de otra manera muy diferente al juego que llevaban ellos de: "Ahora te fastidio yo y luego sé que me fastidiarás tu, si yo no me vuelvo a adelantar..."

Atem se despegó de los labios de Seto y lo miró a los ojos, Seto, abrió lenta y seductoramente los ojos a sabiendas de que Atem esperaba aquella mirada, y mientras paseaba su mano por el cuerpo de faraón acariciándolo y a la vez tentando considerablemente a Atem que intentaba escapar. Llo peor que pudo hacer fue darse la vuelta, ya que el siempre calculador empresario aprovechó la ocasión para meter su brazo y coger el tronco de Atem apoyándose como palanca su hombro derecho, porque éste tenía ese brazo extendido. Seto se preparaba el terreno, cayó delicadamente sobre el cuerpo de Atem y mordió y lamió su oreja, lo que causó que Atem no pudiera resistir tal tentación y deseó que lo hiciera rápido y que aquello durara mucho, rezó en varias ocasiones por que Seto no se despertara nunca.
   
-¿Estas listo?- fue lo que se oyó después de unos segundos, aquello ya no podía ser peor, Atem había llegado al límite de su aguante y ni siquiera pudo decir que sí, sólo un leve, levísimo ruido causado a la rápida respiración que tenía le dio la señal a Seto para que aquel juego llegara a su parte cumbre, ninguno de los dos podía aguantar más. Su cuerpo les pedía que se colmaran del deseo reprimido por tanto tiempo.
   
El dolor que sintió Atem en aquel momento fue lo suficiente como para retrasar aquel desesperado momento, Atem gemía ya más por placer que por el dolor y Seto simplemente se limitaba a embestirle con fuerza y rapidez. Atem había llegado a su límite...
  
-Seto...- dijo entre gemidos- voy a... Ah…
   
Y Seto lo único que pudo hacer fue aumentar la velocidad, que causó que los gemidos de Atem aumentaran,  lo que causó a su vez, que el aguante de Seto se debilitara a tal extremo que nada más que Atem gritó proclamando que para él había llegado el final Seto casi a la par soltó el último gemido que lo derrumbó sobre el cuerpo de Atem.
   
Seto la sacó  de Atem con cuidado y se sentó mirando a Atem, mientras este ruborizado tenía la mirada perdida y cogía aún con mucha fuerza la ligera sábana que había en la cama, se sentó sobre sus rodillas y miró a Seto muy ruborizado. El castaño volvió a coger la cara del faraón y lo besó de nuevo, los ojos de Atem aún contenían algunas lágrimas perdidas, Seto se dio cuanta en seguida y tras separarse de él lo miraba dulcemente. Atem se sorprendió al ver la cara que por primera vez Seto le había mostrado a su rival, aun sin soltarle el rostro lo acercó de nuevo con violencia a su cara, pero su fin no era un beso, aunque Atem ya había cerrado los ojos y solo se dejó llevar por Seto.
   
-¿Qué piensas hacer a partir de ahora Faraón?- Atem abrió los ojos y observó que se encontraba a un escaso centímetro de los ojos de él...
   
-¿A qué te refieres?-preguntó algo incómodo.
   
-¿Cuánto crees que aguantarás sin mí?- Atem abrió aún más los ojos y desvió la mirada entristecida hacía otro lado, no lo había pensado, sólo quería aprovechar aquel momento que gracias a los dioses había conseguido, pero no había podido pensar más allá de esto que acababa de conseguir.
   
Seto sintió que algo lo estaba despertando, algo del exterior se lo llevaba... y antes de desapareces del todo sólo se le ocurrió decir:
   
-¿Seguirás atacándome por las noches...?- su voz iba desapareciendo a la par que su cuerpo, a Atem se le dibujó en la cara un rostro de horror al ver como aquello que tanto trabajo le había constado conseguir se iba esfumando delante de él. -Hasta la próxima Atem...- fue lo último que se oyó tras desaparecer Seto.
   
Seto se despertó y tuvo que correr para coger el teléfono.
   
-¿Sí?- dijo con un tono dulce recuperándose aún de lo que acababa de pasar.
   
-"¿Seto?"- Mokuba estaba al otro lado-"¿estás bien? se te oye como... dormido".
   
-Sí Mokuba me he quedado dormido- miró por la ventana- Además aquí ya es de noche.
   
-"Vaya… Lo siento es que los empresarios empiezan a preguntarse donde estás y... por qué no estás y... en fin empiezan a decir cosas raras..."
   
-No te preocupes Mokuba- se miró el pantalón y no pudo negar una cara de asombro... estaba totalmente envuelto en sudor... y algo más que provenía de más abajo...-volveré pronto, quizá en un par de días, no creo que sea mucho más...-
   
-"Está bien, informaré a Crocket para que vaya repostando el Jet-Dragón y pase las revisiones adecuadas..."-
   
-Avisaré de todas maneras con tiempo para no que haya problema alguno...-
   
-"Muy bien ya nos veremos pronto hermanito, cuídate"- y el joven Kaiba colgó
   
Seto aprovechó para meterse de cabeza a la ducha, una vez duchado volvió a coger agua y metió la ropa que llevaba en la bañera, y con gel del cuerpo que había limpió la ropa a fondo, maldijo a ese faraón unas cuantas veces desde lo más profundo de su corazón y una vez frotada y limpia la aclaró y mientras o hacía las imágenes iban sucediéndose una tras otra en la mente de éste, según iba volviendo a vivir la tensión su color d piel iba tomando cada vez  un rojo más fuerte, hasta que decidió que ya era suficiente y escurrió la ropa para dejarla en la ventana y que se secara con los primeros rayos del sol...
   
Esta vez se puso los pantalones que tenía de pijama y se acostó para dar por finalizado el día... A la mañana siguiente mandó un correo a su hermano para que fuese preparando las cosas y le ordenó, por si acaso, que arreglara la casa y su habitación por que no quería ver la habitación de Mokuba hecha una ruina, él por su parte empezó a hacer la maleta, en cuanto estuviese todo listo le llamarían al móvil para avisar de que fuese al aeropuerto por que el jet llegaría en breve. Cuando ya hubo terminado con eso se dirigió a la salida del hotel para intentar comunicarse con Iría, no iba a irse sin al menos agradecerle lo que había hecho por él. Era raro que Kaiba se comportase así, él mismo se sintió algo diferente, pero de verdad lo había ayudado y estaba agradecido. Así pues, se presentó en el hotel que la recepcionista le había dado y preguntó por su habitación, subió y llamó a la puerta...
   
-¿Quién?- se oyó al otro lado....
   
-Soy... Kaiba...- saltó del interior de la ducha, se puso lo primero que encontró, la misma ropa con la que recibió a faraón y abrió la puerta...
   
-Hola... ¿qué haces aquí?- dijo algo alterada aún por la carrera.
   
-Perdona, ¿te pillo en mal momento?... Sólo quería despedirme, ya me voy...
   
-¿Qué, ya, tan pronto, pero...?- Seto la abrazó... Seto nunca abrazaba así a la gente, pero a ella se lo debía, cosa que aceleró el latido de Iría, le susurró un gracias en un tono que por supuesto no podía repetir, y de pronto alguien gritando por el pasillo hizo que se separara de ella del susto que le pegó. Era el querido jefe de Iría...
   
-Mira por dónde, pensaba que esto era sólo para guías, nada de clientes ni amantes...- Iría se sonrojó un poco y se apuró.
   
-Tu eres su jefe ¿no?- le dijo
   
-No se admiten amantes en el hotel, debo pedirle que salga de aquí, además... ¿qué le ha visto a ella? si no es más que una don nadie...
   
Seto dio un golpe a la pared y se agachó para mirarlo a los ojos.
   
-Esta don nadie tiene nombre y es la mejor persona que he encontrado hasta ahora, además usted no sabe con quien habla ¿verdad? Más le vale no perderme el respeto, podía hacer que le despidieran...
   
-¿Usted y cuantos más...?- si algo no soportaba el jefe era que le infravaloraran, pero esta vez fue a meterse con el menos indicado...
   
-Yo soy Seto kaiba, y la compañía que dirijo... La KaibaCorp.- Solo hizo falta decir eso...
   
-Esta bien... vale, vale lo siento mucho hagamos como si esto no hubiera pasado... ¿sí?...Bueno... ya hablaremos tu y yo...- le dijo a Iría en un tono más bajo y en egipcio para que Seto no lo entendiera, pero... volvió a equivocarse...
   
-Más le vale que no haga tonterías, ella le proporcionará una fortuna si no le causa problemas... y la deja tranquila.
   
-Ella es mía- le dijo el jefe.
   
-Me temo que no...- se oyó una voz que provenía del pasillo.
   
-¿Quienes son ustedes?
   
-Seto ¿qué demonios haces aquí?-
   
-¿Marik...? El que faltaba... No es asunto vuestro...
   
-Bueno, el caso es que cierto amigo nuestro nos ha pedido que la saquemos de este antro, parece que le debes algo a un viejo amigo nuestro y nos ha pedido que te contratemos- dijo Isizu
   
-Es... At...
   
-Sí, ¿te vienes con nosotros?- le dijo Marik
   
-Sí... o sea... lo siento ex-jefe pero me da nauseas el hecho verlo así que me voy... Y… buen viaje Seto...- dijo dedicándole una sonrisa.
   
-Sí, gracias, ya nos veremos...- le dijo mientras se dirigía hacia el hotel a esperar una respuesta.
   
Iría recogió sus cosas y se fue tras Marik e Isizu.
   
-¿Me pregunto que pasó entre esos dos y tu?-dijo Isizu
   
-Sí, no es normal que Seto se comporte así, además Faraón últimamente estaba muy raro...
   
-Ya... bueno... instinto femenino...- les dijo con una sonrisa mientras cargaban el coche en el que esperaba Odión para ir a la casa de los Istar y vivir una nueva a ventura...
   
Seto sólo pensaba en qué pasaría ahora entre los dos pero lo sacó del trance la llamada de su hermano de media tarde diciendo que el Jet ya estaba llegando al aeropuerto y no tardaría mucho más, que se fuera hacia allí. Cogió un taxi y asombrosamente vio a su hermano en el Jet...
   
-¿Desde cuando vas en la cabina del piloto?-
   
-Desde que tu no estás en casa... ¿Que tal el viaje?
   
-Bien...- de repente Seto cayó en la cuenta... -Mokuba... ¿¡qué diablos haces tu aquí, deberías estar en el colegio o haciendo deberes!?- dijo nervioso
   
-Asique... ese secreto de dónde estabas era en Egipto…- dijo cargando la maleta de viaje y el maletín... -¿para qué?- Seto ignoró la pregunta de su hermano y se subieron ambos al Jet.- Venga, contéstame Seto...
   
-Aún no hemos llegado a casa Mokuba, no seas impaciente...- “Por lo menos por el camino podré pensar que le digo...” pensó.
   
-Está bien...

   
Cuando llegaron y descargaron el equipaje Seto ya había pensado cómo contárselo a su hermano, fueron al despacho de Seto, Mokuba se sentó en el sofá como estaba acostumbrado, Seto en su silla del despacho y... empezó...
   
-Digamos que tenía que hacer allí algo importante...
   
-¿Hablaste con Atem, verdad? ¿Cómo está?- preguntó con impaciencia
   
-Bien...- dijo Seto con miedo.
   
-Y... ¿vendrá a vernos, no?-
   
-No puede... recuerda que es sólo un espíritu.
   
-Vaya, se te ve de buen humor y con buena cara...- Seto se puso algo nervioso cuando su hermano se subió al escritorio y lo miró a los ojos...- Sí... lo veo en tus ojos... ¿Te lo pasaste bien?-
   
-¿A qué viene eso?- Seto trataba de mantener la postura...
   
-Deberías haber ido antes en estos dos años, pensaba que te habías olvidado de él...
   
-¿Qué?- fue lo único que salió de la voz temblorosa que no pudo ocultar.
   
-¿Ya se los has dicho?- Seto veía como su hermano llevaba un hilo en la conversación que ha él se la había perdido hace tiempo...
  
-¿Qué?- repitió esta vez con miedo
   
-Seto está claro... ¿le has dicho ya que lo quieres?- Los planes de Seto acababan de saltar desde un decimocuarto piso hacía abajo, sin paracaídas... directos al suelo...
   
-...Sí ...- Mokuba dio saltos de alegría mientras Seto se ponía rojo y deseaba que la tierra lo tragase hasta deshacerse por la lava... -Por cierto Mokuba- volvió a conseguir esa fachada intocable que acostumbraba a tener-... esto es sólo confidencial, nadie debe saberlo, entre tu y yo...-
   
-Sí Seto, no te preocupes, secreto amoroso de mi hermano... archivado y bajo seguridad...-Seto sentía como Atem, su orgullo y su dignidad hacían un circulo a su alrededor y se reían a carcajada limpia sentenciando su final...

   
Aquella noche, cuando Seto acabó de organizarlo todo para recuperar el tiempo perdido, apagó el ordenador, las luces y se dirigió a su habitación para disfrutar de un poco de tranquilidad confort y el hecho de que echaba mucho de menos su cama por las noches... Cuando encendió la luz y se puso el pijama se quedó paralizado al mirar hacia la cama...
   
-¿Qué estás haciendo aquí...?- dijo Seto un poco sonrojado e incrédulo...
   
-Esperar a que te duermas, Seto...-

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