AVISO IMPORTANTE

El blog es de contenido adulto, eso no significa que no haya obras para todos los públicos, que las hay. Pero en su mayoría es más fácil encontrarse con algo que sea adulto. Para ello está el apartado de "ETIQUETAS" en las que el blog se divide dependiendo de la temática de lo publicado. Es tan sencillo como que: si no te gusta algo no te maltrates a ti mismo y no lo leas. Todo comentario fuera de sitio, de mal gusto o contra mi persona será eliminado sin aviso previo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Kuroshitsuji XVI


Después de todo eso los años pasaron rápidamente para todos. Estaba dibujando un retrato de Ciel que en aquel momento posaba para mí cuando Viky, mi hija de seis años, entró en la habitación corriendo.

-Mamá, papá dice que te están llamando por teléfono para hablar contigo…

-En seguida bajo. Ciel ¿quieres tomarte un descanso, o te quedarás igual?

-Me quedaré aquí.

-¿Mamá puedo pintar yo también a Ciel?

-Claro- dije mientras salía de la habitación y me dirigía a bajar las escaleras. Oí de fondo a Ciel hablando con Viky, parecían dos hermanos, pero evidentemente no lo eran.

-¿Quién es, Sebastian?

-Es para una entrevista.

Sebastian me dejó el teléfono y me puse a hablar con la mujer que había al otro lado del teléfono, una cadena de radio bastante famosa quería concertar una cita para ir a hablar un poco de mi carrera y próximos proyectos tanto como actora como pintora.

Debido a mi embarazo y los primeros años de maternidad mi carrera como actriz menguó un poco dándome  paso a ampliar mi vida como pintora en varias galerías a las que podía llevarme tranquilamente a Victoria conmigo. Cuando volví  a la habitación Ciel seguía en la misma posición, Viky había cogido un papel un lienzo y un caballete y, tal como me había visto hacer a mí muchas veces, ajustó la altura y empezó a dibujar. Tenía algunos fallos de proporciones, pero, su manejo con los lápices y plastidecores era muy buena; envidiable a su edad.

-Vaya, parece que tenemos otra pintora con futuro en la familia.- dijo Sebastian entrando también en la habitación.

-¡Papá! ¿Te gusta? Es Ciel; de mayor quiero ser como mamá.- dijo con una sonrisa y apartándose del dibujo para que lo viéramos, Sebastian se acercó a ella y la cogió en brazos para llevarse la a comer. Un juego de padre e hija…

-Aun me pregunto cómo pudiste hacer algo como eso con mi mayordomo…

-Cállate Ciel, eso no estaba del todo planeado… Además también es el mío… Eso es peor todavía…

-¡Mamáaaa! La mesa ya está puesta, Cieeeeel, vamos a comer.

Bajamos a disfrutar de una buena comida familiar; Ciel se comportaba como un hermano mayor para ella en muchas ocasiones, Sebastian había adoptado el papel de padre y el de amo de casa al mismo tiempo que seguía haciendo su papel como sirviente de Ciel y mío. Al final llegamos al acuerdo que él se quedaría en mi casa a cambio de que ambos lo “tuviéramos” como mayordomo, aunque Ciel siempre se lo llevaba cuando quería son contar conmigo.

También debo decir que tanto Will, Grell como Undertaker se pasaban a menudo por mi casa y se quedaban a charlar o a tomar algo de té. Aquello era verdaderamente una locura, pero me acostumbré a sus peleas, al sentido del humor tan frío de Undertaker, a que Grell acosara a Sebastian y Will lo detuviera… Una casa de locos, una casa de locos felices.

-Parece que de momento todo está bien.- dijo Undertaker

-Sí, pero evidentemente tiene cualidades de demonio, a los seis años dibuja ya muy bien.-contesté mientras la vigilaba.

-Una niña podrigio- dijo Ciel

-No, una niña hija de un demonio y una humana. Eso es lo que Victoria es.-dijo Will algo molesto.

-¿Piensas decírselo algún día?-continuó Ciel

-Por supuesto que sí, tarde o temprano se dará cuenta de lo que pasa, empezará a preguntarse por qué Ciel no crece, por qué su padre no envejece… Y tendrá que saberlo.

-Aun me parece algo despreciable por tu parte que tuvieras un hijo de Sebastian- dijo Grell totalmente resignado- te odiaré por eso siempre, Sebas-chan es sólo mío- estaba empezando a salir de sus casillas y me tuve que reír.

-Lo siento Grell…- era lo único que podía decir. No fue algo que yo le ordené a Sebastian, ni si quiera se lo insinué nunca, simplemente… simplemente pasó, quiero decir el hizo algo parecido a la última vez y… después llegó Viky.

Hicimos reformas también en la casa, mi estudio de pintura se trasladó a la sala de la ropa de teatro, y esa habitación se quedó para Viky, la grande se quedó para Ciel, y Sebastian y yo compramos una cama de matrimonio y nos quedamos en el piso de abajo.

Viky había heredado el cabello de Sebastian, absolutamente negro con su piel pálida, mis ojos marrones y se había embriagado el afecto de los tres más el del grupo de Shinigamis. Era alegre y activa, como yo; pero también tenía un toque de orgullo al igual que Ciel y siempre dispuesta a echar una mano como Sebastian. Era preciosa en todos los sentidos. Kuro se acostumbró a la presencia de ella sin mucho esfuerzo, amaba los gatos, pero no iba a buscarlo, ella prefería que él viniera cuando quisiera algo.

Empecé a sentir a Sebastian y a Ciel más distantes al poco de cumplir ella 10 años, Sebastian me invitó a salir un momento con él a dar una vuelta.

-Señorita… ¿Sería capaz de seguir sin mí, verdad?

-¿Qué?

-Verá la gente se está empezando a dar cuenta que sigo exactamente igual… Tanto Bocchan como yo no podemos seguir aquí. Usted sí puede mantenerse a salvo y proteger y cuidar de Victoria.

-Es tú hija Sebastian… ¿Por qué lo hiciste si ahora te vas?- estaba sorprendida por lo que me estaba pasando, no quería que Sebastian se fuera.

-Volveré a por su alma señorita, se lo garantizo y si necesita ayuda estaré a su lado, simplemente vamos a alejarnos por su seguridad y la de la pequeña Viky.

-Sebastian… ¿Qué es lo sientes por Viky?- sé que le sorprendió la pregunta pero también sabíamos, ambos, que si él mentía yo lo sabría de alguna manera.

-Te he visto cuidarla, despertarte y levantarse varias veces para darle de comer, para calmarla de sus miedos y para protegerla. Te veo jugar con ella comprenderla con una mirada y saber qué trama con oír sus pasos. ¿Esa es la vida de una familia humana normal?

-Sí…

-No puedo decir que no es curioso, diferente, nuevo. No sé si soy capaz de ofrecer el cariño que un padre debería darle a su hija. No sé que debería hacer cuando ella se ponga enferma, o cuando llore o tenga miedo.

-¿Nunca tuviste miedo, Sebastian? Qué es lo que querías que alguien hiciera, simplemente haz lo que tú querrías que hicieran…

-Las quiero mucho a las dos y no dejaré que nadie les haga daño, nunca.- Después de eso me besó en la mejilla y junto con Ciel ambos salieron despidiéndose de nosotras para siempre…

Los años siguieron pasando, cuando ella cumplió los dieciocho, empezó a preguntarme muchas cosas seriamente, aunque ya me las había preguntado antes, aquella vez ya era el momento y la hora de decirle todo. La senté en la mesa y le conté como Sebastian y yo nos conocimos, como pasó todo y que todo había sido real. Ella era una mujer especial. Cuando la miraba, veía a Sebastian en la mirada, veía mis ojos y la mirada de Sebastian.

-¿Por qué se fue?

-Porque ellos no envejecen, al igual que los Shinigamis: Grell, Will y Undertaker tienen el mismo aspecto que cuando tú tenías seis años y el mismo que antes de que nacieras. Sería muy llamativo que no envejecieran en absoluto.

-Volveré a verlos…

-Estoy segura de que sí, pero tienes que mantener este pequeño secreto para siempre bajo llave.

-Entiendo.

Victoria se convirtió en una gran pintora, incluso mejor que yo. Se casó y tuvo un nieto que mantuvo los genes del mismo demonio que engendró a Victoria. Habíamos creado una especie nueva de seres más fuertes, más hermosos y más talentosos que los humanos. Yo cuidé de Ciel con mucho cariño como mi nieto. Sabiendo que tarde o temprano volvería a ver a ese demonio volviendo a mí para completar el trato que hicimos aquella noche. Para que esa marca se borrara de mi cuerpo y él pudiera alimentarse de mí.

Pero ahora era vieja, me pregunté muchas veces si se atrevería a venir a mi lado, si sentiría lo mismo. Si mi alma seguía llamando tanto su atención.

Él apareció cuando Ciel cumplió los treinta años y me convertí en bisabuela. Vino a recogerme y me llevó a dar un paseo muy largo. Me llevó a una isla perdida, me sentó en un banco y lo miré atentamente.

-Supongo que ya no me da tanta vergüenza decírtelo, Sebastian, desde que te vi me enamoré de ti. De un demonio… Qué locura…

-Lo sé, señorita, siempre lo he sabido. Usted deseaba tener a Viky.

-Ahora ya no es solo Viky, Ciel, tu nieto ha tenido un hijo, mi bisnieto Sebastian. ¿Te imaginas lo que creamos?

-Los humanos son muy entrañables… Karen, me alegro mucho de haberla conocido.

-Viky quiere veros de nuevo a ambos, díselo también a Ciel…

Con una sonrisa sentí de nuevo sus labios sobre los míos, sentí que mi cuerpo volvía a ser joven, sentí que mi cuerpo se cuarteaba y se iba pudriendo; no sentía los pies, las piernas se me dormían, mi alma se despegaba de mi cuerpo, me retorcía dentro, tenía miedo y me aferre al cuello de Sebastian, él se separó un poco de mí me habló para seguir manteniendo la calma. Mi alma se desgarraba e iba subiendo para salir de mi boca y entrar en la suya.

Sentía que Grell venía a toda prisa a por mi alma tal como le dije, pero no encontraría este lugar, Sebastian debía darse más prisa pero parecía gozar tanto con mi alma… había perdido el conocimiento, pero escuché la voz de Ciel muy cerca de mí.

Lo siguiente que recuerdo es ver a Viky frente a mi tumba, o al menos eso creía, la vi llorar junto con su hijo y el pequeño Sebastian en brazos.

Cuando ella se quedó sola Sebastian y Ciel se acercaron a hablarle.

-Ella era una buena mujer- Will atacó a Sebastian y lo apartó de Viky

-No te acerques Demonio, supongo que el alma de Karen está contigo.

-Ese fue nuestro contrato Will.

-¡¡Sebaaas-chaaaaaaaaaaaaaaaaan!!

Por una vez, después de tanto tiempo, todos volvíamos a estar juntos; los shinigamis aceptaron que Viky quisiera hablar con su padre e incluso Ciel, mi nieto, que estaba con su hijo se acercó al ver tanto alboroto.
Nadie les dijo que la familia estaba unida, no quería que nadie lo dijera, aquello debería morir.

-Ella siempre ha estado muy orgullo de todos ustedes, deberían recordar lo alegre que fue ella, siempre sonriendo…

-La conoció- dijo Ciel interponiéndose entre su madre y el demonio.

-Mucho mejor de lo que pensáis.

-Sebastian es hora de irnos.

-Por supuesto Bocchan, como el joven Ciel ordene…-Aquella reverencia frente al niño y también hacia Viky le hizo sonreír de alguna manera.- ¿Sabes por qué eligió Victoria?- La aludida lo miró.

-Ella siempre quiso tener uno o dos hijos, pero como puedes ver las condiciones no fueron favorables, yo lo hice por propia voluntad, ella lo deseaba y yo se lo concedí, pero siempre serás parte de mí también Viky…
Desaparecimos de allí

-No me creo que alguien como tú sienta lo que acaba de decir.

-Me ofende con eso Bocchan, por unos años, todos fuimos una familia, ¿o me equivoco?

-Esa chica… era un problema para ambos ¿verdad? Ahora que su alma es nuestra no causará más daño a ningún demonio.

-Qué frío es, Bocchan. Como un demonio…

-¿A caso no es eso lo que somos?

sábado, 13 de agosto de 2011

Kuroshitsuji XV


Aquella voz venía de las escaleras, no podía ser verdad, me negaba a tener eso en mi casa, ¿Qué hacía allí? Es más, cuando miré la sala, estaba llena de gente que no conocía, estaba Grell, estaba otro hombre de traje y gafas y el tipo extravagante de la fiesta, además de Sebastian, el niño repelente y yo.

-¿Se puede saber que hace en mi casa, Sebastian?- le dije mientras me dejaba en el suelo

-Es algo largo de explicar. Cuando la fiesta fue interrumpida por los demonios todo el mundo volvió a sus casas, al mansión desapareció y me ordenó que lo llevara a casa…

No sabía muy bien como digerir lo que me estaba diciendo, eso quería decir que ahora viviría con nosotros, ¿verdad? Estaba molesta, tal como se me había presentado con aquella pequeña conversación y además el echo de que negara a Sebastian ayudarme..

-Veo que me has desobedecido y mientras descansaba la has salvado…- mi mirada se clavó en él.

-Lo siento joven amo, merezco ser castigado…

¿Joven amo? Me lo quedé mirando durante unos instantes, a mí nunca me había llamado joven ama, o algo por el estilo, simplemente señorita… No sé si me dio envidia o aun más rabia por afirmar que era su amo.

-Vaya, vaya esto se va a poner muy interesante ¿verdad Sebas-chan…?

-Deje de llamarse así... ¿Qué hacen todos ustedes aquí?

-Veníamos a hablar con la señorita- El hombre vestido con traje negro y gafas se acercó a mí, de ojos verdes y muy extraños.- Es usted Karen, ¿verdad? Sí no hay duda, ese demonio se metió en nuestro camino y ahora todo está extraño.

-¿Qué?- no tenía idea de lo que me estaban hablando.

-Wil, no creo que éste sea el mejor momento para hablar de eso… su ficha estaba extraña deberías a haber notado algo raro e imaginarte que algo así pasaría, no había hora determinada.

-¿Hora determinada? ¿De qué estáis hablando Grell?

-Hola, señorita- aquella voz de nuevo, tan extraña, como rasgada, como si cada palabra fuera quizá la última, esa voz grave y rasgada…  ¿Quién era?- Me alegra mucho que esté bien, ¿verdad Conde? Sería un problema y ella desaparece sin más. Pobre mayordomo…- se rió después de eso…

-Voy a ducharme en un momento, prepárame un té y después aclararemos unas cuantas cosas…

-En seguida.

-Supongo que… Podéis poneos cómodos, estáis en casa… enseguida bajo…- Subí aquellas escaleras y me cogí el pijama, me di una ducha para quitarme el olor a humo y olvidar todo lo que me había tocado y tras lavé la cara después me desmaquillé un poco y bajé.

-El té está listo.

-Gracias, ¿Kuro tiene agua? Está lamiendo otra vez la botella del suelo…

-Ahora mismo le pongo más agua, los asientos están cogidos ¿Quiere una silla?

-Sí,- hice una pausa esperando a que la llevase y me senté frente al sillón grande dándonos todos las caras.- Tengo varias preguntas… Primero ¿Qué son…?

-Quién ha dicho que tiene permiso para hablar, aquí la única que no pinta nada es usted.

-Si no te callas te enviaré a tu cuarto castigado, niño.- lo miré con tremendo odio y mucha superioridad, en ese momento sus ojos se iluminaron y debí entenderlo como una amenaza, pero simplemente relajé mi rostro- Asique tu también eres un demonio… ¿No se supone que debiste haberte comido su alma antes?

-Hubo una serie de complicaciones y acabó así.- Se apoyó en el respaldo de mi silla mi me miró desde arriba

-Qué mala suerte ¿no?- bebí un poco del té- Como iba diciendo, y si el pequeño conde me lo permite, ¿Qué son los shinigamis? Esos demonios lo mencionaron.

-Los Shinigamis somos los Dioses se la muerte, somos aquellos que recogemos las almas de los que deben morir- dijo Grell

-Sí, su alma debería estar con las demás desde aquella noche que la atacó ese hombre la noche que ése demonio apareció y la salvó.

Aquello fue como una patada en la cara, muy desagradable y algo que no te esperas, me cortó de golpe el trago del té y miré hacia Sebastian desde abajo.

-Pues muchas gracias Sebas-chan… - le dije con una sonrisa y verdaderamente agradecida.

-¿Se-sebas-chan? Por favor señorita no empiece usted también con eso… Además yo sólo salvé lo que me pertenecía Señorita; su alma.

-Qué cruel que eres… "Sebas-chan" es tu castigo por hacerme esperar tanto… Casi me muero otra vez ahí dentro… Otra cosa ¿quiénes sois vosotros? Quiero decir, por lo que habéis dicho supongo que tanto Grell como Will sois Shinigamis, pero… ¿él?, por cierto ¿cual es tu nombre?- le dije de nuevo indiferentemente dirigiéndome al niño demonio.

-Mi nombre es Ciel Phantomhive, y para ti soy un conde.

-Pero estás muerto… O sea eres un demonio… ¿Cuánto tiempo llevas así?

-Desde 1889. Y por cierto, no soy un niño, soy un adulto. El cabeza de los Phantomhive y el único que queda con vida

-¿13 años? Sebastian eres un pervertido…

-Usted no está en posición de decir eso tampoco, además yo no hice nada.- Aquella primera parte me dejó helada en la silla, de pronto quería morir de vergüenza y desaparecer, pero me relajé cuando continuó hablando. Después noté como inclinaba mi cuello para ver si había algo en mi cuello.

-¿Qué pasa?

-Nada, todo está bien. Joven amo, el gato es su animal de compañía y dudo mucho que la alergia le afecte ahora- estaba sonriendo mucho, como solía hacer cuando tenía la razón y todas las de ganar

-No se preocupe por mí, Señorita, yo no le haré nada, está en una posición muy divertida, no voy a perderme esto, además el conde también ha sido siempre muy divertido, ese mayordomo tiene buen gusto. Puede llamarme Undertaker.

-¿Te dedicas a hacer autopsias y enterrar gente?- le dije con desconfianza. Me sentía algo incómoda al saber eso y ver como él se llevaba un dedo a la boca y sonreía apaciblemente como si aquello le excitara un montón.

Después de estar allí un rato y hablar un poco más con todos llegué a la conclusión que Grell estaba en un mar de amor entre Sebastian y Will, incluso con Undertaker… Acabé riéndome después de haber tenido aquella noche tan desastrosa y me di cuenta que mi cuerpo estaba de verdad muy cansado. Me fui a dormir, cuando Sebastian me detuvo en la escalera.

-Señorita he preparado su habitación para el joven amo, quédese en mi habitación si no le importa.

-Esta bien…- dije resignada, no tenía ganas de discutir, dejé la puerta mínimamente abierta y oí un poco aquella continuación de la conversación sin mí.

-¿Por qué salvaste a alguien como ella, Sebastian?
-Me recordó a usted, Bocchan. Estaba indefensa y me llamó la atención, no imaginé que me encontraría con demonios.

-Ella es interesante, se parece a usted Conde, pero sigue siendo una mujer con esas dos caras, la que es capaz de dominar a un demonio, y la joven que disfruta de su vida. Ella mantendrá su alma intacta hasta el día en que ese demonio la reclame…- volvió a reírse- ¿No lo cree así mayordomo?

-Exactamente… Su alma es bastante preciada para mí

-Aun así, ¿qué clase de trato hiciste con ella? Y no sólo eso, sigo esperado una explicación del por qué no….

Sólo pude entender a duras penas hasta ahí, después de aquello todo desapareció. Más adelante sentí la presencia de alguien en el cuarto y como suevamente intentaba  moverme hacia un lado de la cama mientras muy despacio me hablaba con cariño, ¿Sebas… tian? Creí sentir un beso en la mejilla y una leve sonrisa…

jueves, 4 de agosto de 2011

Kuroshitsuji XIV


-¿Muerto? Ya ves que no, estúpido demonio.

-Lo siento mucho.

-Aun así, una orden directa de una mujer como ella, ¿acaso es un nuevo contrato?

-Me pertenece.- dije recostándome en ese sillón en el que estaba sentada.

-Ya veo ¿Cuál es su deseo? Quizá yo pueda cumplirlo y acabar con esto.- Ese niño hablaba como si pudiera hacer grandes cosas.

-Eso no será posible, Conde, me temo que mi deseo es algo más complejo para cumplirlo en un breve periodo de tiempo.

-¿Y bien Sebastian de qué se trata?

-No contestes, te prohíbo que le hables de nuestro contrato. Después de esto, no sé si la fiesta ha terminado para mí o desea que siga en esta sala mientras un niño se complace con su juguete…- Estaba irradiando odio y ganas de matarle, pero no iba a caer bajo el juego del niño, estaba seria, pero no mostraba ni un ápice de lo que sentía; bendito trabajo.

-Por favor disfrute de lo que quede de fiesta…- giró la mirada hacia Sebastian y de pronto las luces se apagaron, se oyeron gritos y cristales que se rompían, Grell entró por la puerta gritando que había aparecido un demonio. El Conde miró a Sebastian y se fue con Grell a ver que había pasado. Después uno entro en la habitación e impidiéndome gritar se quedó tras de mí tapándome la boca y cogiéndome desde atrás para inmovilizare, con aquella sensación puntiaguda en mi garganta, esa sensación  esa uña resbalando por un garganta a penas rozándola, ya la había sentido; intenté desde lo más profundo llamar a Sebastian pero cuando él apareció en la sala yo estaba saliendo de allí y ese niño le prohibió que me siguiera.

Supongo que mi cara de desesperación hizo que hasta Grell se preocupas un poco por aquello. Cuando salí de allí había otro más que se le unió y en algún momento del viaje perdí el conocimiento.

Me desperté en una habitación que no conocía, con pequeñas ventanas, posiblemente un sótano, pero bien acondicionado. Estaba sobre una cama, con un camisón y el vestido azul intacto arropándome. Me incorporé y vi en una mesa algo de comida, un pastel y un té o algo así… probé el pastel y bebí un poco de té. Si estuviera envenenado hubiera muerto, pero la verdad es que estaba muy bueno, me recordaba a los que hacía Sebastian de vez en cuando. Intenté salir de la habitación pero una cadena me sujetaba el pie, no se si antes cuando me desperté, el caso es que no podía separarme más de dos metros de la cama. La escalera se quedaba a pocos centímetros. Me quedé allí de pie un rato mirando a la puerta.

-Vaya… así que estás aquí, qué mala suerte.

-Grell… ¿Qué qué estás haciendo aquí?

-Trabajar, y por lo que veo no puedes salir, qué raro no estás en la lista. Bueno, con suerte no tendré que decirle a Sebas-chan que has muerto…

-¿¡Qué!?- Pero no me contestó; salió por la puerta y me ignoró, entonces me llegó el olor a quemado, algo se quemaba, había algo de humo en la habitación superior, se estaba colando por la puerta y sin pensarlo saqué la sabana de la cama y envolví el vestido y me tapé la cara.

-¿Qué hacemos con ella?

-Baja y cierra la puerta.

Aquellos dos aparecieron delante de mí. Eran iguales, eran dos demonios, cabello muy oscuro, vestidos de traje y con los ojos llenos de desesperación y triunfo.

-Nos recuerdas ¿verdad?

-Esta vez no le salvará, está habitación está muy lejos, y al parecer no va a venir a por usted, y aunque viniera, está vez él sería quien morirá. Se acuerda, ¿verdad? Ese demonio que se le acompañó, ese demonio mató a nuestro señor.

-Sí y no pudimos recoger su alma, esos shinigamis se a llevaron.

-¿Shinigamis…?

-Sí, pero no se preocupes, el señor tenía buen gusto, es preciosa aun habiendo pasado cuatro años.- Estaba muy cerca me acariciaba la cara y el cabello

-Por supuesto es actriz, te dije que era ella, empezó a triunfar gracias a él, nosotros haríamos lo que fuera, nosotros haríamos lo que fuera a cambio de su alma, mi reina.

-Sí, a cambio de la vida del señor, denos usted, como era su deseo, su alma, para que al menos descanse  tranquilamente. Ya sabe como va esto de los deseos, cualquier cosa a cambio de su alma.

Tenían una excelente compenetración y no podía distinguirlos, simplemente uno estaba más cerca y el otro seguía al pie de las escaleras. Pero pronto también se acercó a mí.

-Esos estúpidos humanos, un incendio... deberíamos llevarla lejos de aquí.

-Te dije que este lugar no me gustaba

-No empieces, ya está hecho, ahora es solo cuestión de tiempo.

”Sebastian” Empecé a nombrarle en mis pensamientos, a coger con mi mano izquierda el contrato de mi cadera y la aferré con fuerza. “Sebastian ven”

-¿Y dónde la llevamos? Las llamas están entrando a este piso

-Eso no importa nosotros no moriremos pero si ella sigue aquí si lo hará

-¡¡Wiiiiil!! Voy a necesitar ayuda aquí- Grell gritaba

-Grell, Sebastian… Sacadme de aquí…- Otra vez impotencia, otra vez esa sensación de no servir para nada, inseguridad miedo. Eran cosas que Sebastian había apartado de mí desde que apareció. La sensación de poder morir en cualquier momento se había desvanecido porque era él quien tenía que acabar con mi vida, él sería quien me robase el alma, sólo él.

-¡¡SEBASTIAN ES UNA ORDEN, VEN!!- no podía soportarlo

-No me gusta que otros demonios toquen a mi señorita… Cuanto tiempo sin verlos, al parecer tenemos una cuenta pendiente… ¿Cuál de vosotros fue quien entró aquella noche en la habitación de la señorita? No tengo mucho tiempo y no soy muy paciente.

Sebastian llevaba consigo un arma que no había visto nunca, una espada del color del jade, ambos demonios retrocedieron acercándose a mí, como si intentaras protegerme de él. Pero yo quería ir con él.

-Y para colmo le habéis quitado con esas sucias manos el vestido y le habéis puesto un horrible camisón… ¿Y ustedes quieren se creen mayordomos?

-Ella nos pertenece, nuestro amo quería que fuera suya y entonces apareciste estropeándolo todo. Ese niño Ciel Phgantomhive, su alma debería haberte saciado.

-Eso no es de su incumbencia, dejadla libre, ella tiene un contrato conmigo, su alma me pertenece. Ella me pertenece. Si no quieren morir...

-Sebas-chan sal de aquí esto se va a desplomar.- Grell abrió la puerta y le gritó antes de salir lanzándole otro beso.

-Por favor deje de hacer ese tipo de cosas repugnantes, Grell-san

-Que frío eres, me encanta…

-Ya lo han oído, no tengo tiempo.

Bajó las escaleras y sin el menor esfuerzo mientras se preparaban para atacar atravesó el corazón de uno de ellos. Después miró al otro y le provocó bastantes heridas, después le cortó la cabeza

-No vuelva a interrumpir el sueño de una dama.- le dijo al último, quién era aquel que me había tocado, posiblemente ambas veces.

Cortó la cadena y me sentí libre, cogió la sábana con el traje envuelto y me lancé a sus brazos, me abrazó y me llevó como si se tratara de una novia fuera de la casa. Aprovechó la sábana para colocarlo cómodamente a su espalda y mientras aquellas cálidas lágrimas salían de mis ojos cayendo es su traje de mayordomo le decía que había llegado muy tarde, y que no se lo perdonaría.

-Lo siento señorita, permítame compensarla una vez estemos de nuevo en casa, de momento lleve esto consigo, es bastante peligroso para mí así pues, por favor no lo acerque demasiado, podría morir.-

Solté su cuello para sujetar aquella espada. Me acomodé entre su regazo y sus brazos y simplemente me dejé llevar por él hasta que llegamos a casa.

-Sebastian, ¿Qué hace este gato aquí? Sabes que soy alérgico.

martes, 2 de agosto de 2011

Uso del 'Punto y Coma' (;)

Bueno aquí otra entrada, esta vez un tutorial. Estoy en un foro en el que al parecer hay varios usuarios que escriben y entre todos nos echamos un amano para resolver dudas y para ayudarnos en general un poco a escribir o cual es la mejor manera de hacer llegar a los demás lo que queremos.

Voy a empezar con una entrada que creo que a muchos nos viene muy bien y que a NADIE nos han explicado; el misterioso PUNTO Y COMA (;). Porque a mí también me han dicho que el punto y coma se usa cuando hay una pausa más larga que una coma pero menos que un punto; y se han quedado descansando. LOL

El caso es que en clase de Español nos dieron una dirección que, bueno aunque a veces buscas cosas que te deprimen, otras te sirve realmente para poner un poco de luz sobre esos pantanos andrajosos por los que nadie quiere mancharse los pies.

Ese lugar es LA RAE (aquí) Real Academia de la lengua Española.
En este lugar al entrar hay a la derecha las dos cosas que se usan normalmente:

  • El  DICCIONARIO, dedicado únicamente a dudas de palabras y averiguar tras como por ejemplo que puedas escribir perfectamente y sin que nadie se asuste yerba, en vez de hierba, aunque los de la vieja escuela no sepan que quieres decir.
  • PANHISPÁNICO DE DUDAS que sirve para aclarar dudas respecto a la forma sintáctica de las palabras, masculinos y femeninos correctos, plurales, y por ejemplo el uso de lo mencionado el 'punto y coma'.
Y bueno lo demás podéis mirarlo con tranquilidad si queréis XD
Empezamos con este turotial ^^

Usos:
a) Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas:
Se dieron cita el presidente ejecutivo, Francisco Ruiz; el consejero delegado, Pedro García; el vocal, Antonio Sánchez; y el secretario general, Juan González.

b) Para separar oraciones sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación semántica:
Todo el mundo a casa; ya no hay nada más que hacer.
En la mayor parte de estos casos, se podría utilizar el punto y seguido, depende de la relación que tengas una y otra oración

c) Delante de conectores de sentido adversativo, concesivo o consecutivo, como pero, mas, aunque, sin embargo, por tanto; cuando las oraciones que encabezan tienen cierta longitud: 

Los jugadores se entrenaron intensamente durante todo el mes; sin embargo, los resultados no fueron los que el entrenador esperaba.

Si el período encabezado por la conjunción es corto, se usa la coma; y si tiene una extensión considerable, es mejor utilizar el punto y seguido:

d) Detrás de cada término de una lista en minúscula y en la última se pone un punto:
-casa;
-piso;
-edificio;
-chalet.


Espero que os haya servido un poco, porque a mí me aclaró bastantes cosas -.-''
Es bueno utilizar esta página para dudas de este estilo, por lo que os la recomiendo, la RAE no me paga ni nada, pero para que sepáis que este diccionario está actualizado con las últimas novedades recen salidas del horno, y yo como no tengo la última gramática, pues me viene de perlas ^^

Kuroshitsuji XIII



Me quedé mirando su cuerpo y poco a poco me colé en la parte de dentro de la cama, me acosté de espaldas a él y me acurruqué en mí misma. Me daba mucha vergüenza hablar de aquello pero tenía que resolver aquella duda que me torturaba.

-… Aquella noche en la que pasó ESO… Me dijiste que no sentías placer, pero…- sentía que, aun a pesar de la oscuridad de la habitación, estaba roja, tenía calor y sentía mucha vergüenza.- … pero yo… yo…

Sentí una de sus manos deslizarse por mi cintura y pegarse a la altura de mi pecho mientras cogía ambas de mis manos y se acercaba a mí.

-¿Desea una de esas noches?

-¡No es eso!- dije alterada- es que… no sé, fue raro; parecía que tu estabas… -dios mío, no podía hablar con él de ese tema, sentía que podía, de nuevo, crear un motivo para que el se aprovechara y volviera a apoderarse de mí.

-¿Excitado?- preguntó acercándose a mí oído y mirándome, ligeramente levantado, con aquellos ojos. Me giré instintivamente para buscar aquella mirada y afirmé con un leve movimiento de cabeza.

-Usted alcanzó el éxtasis y por un momento pensé que el alma que tanta ansia espero iba a abandonar este cuerpo y salir para que fuera solo mía. Nunca había sentido un alma tan a flor de piel.

-Es un orgasmo sin más…- le dije apartando la mirada aun más roja y desinteresadamente.- Además dudo mucho que sea la primera vez que te acuestas con una mujer- lo oí sonreír

-Eso no significa nada.

¿Qué quería decir eso exactamente? Pero cuando iba a preguntarle se dejó caer de nuevo en la cama y me dio las buenas noches dándome a entender que no quería hablar más. Posiblemente él también había hablado  por su parte más de la cuenta, tanto que de alguna manera me hizo tener una leve esperanza de algo.

La siguiente semana tuvimos una actuación el jueves y en mis ratos libres fui a la exposición para acabar el retrato, y sin apenas darme cuenta, me estaba arreglando para ir a aquella fiesta del conde. Conseguí que el director me dejara un vestido de la compañía: uno con dos tonos de azul, eléctrico y uno más oscuro, con detalles en negro, unas botas en azul eléctrico y negro, y unos guantes también negros. Era uno de esos vestidos de culo pomposo, pero al parecer era lo más apropiado; con escote cuadrado y manga corta… Iba a pasar mucho calor. Sebastian me ayudo con el corsé, le pedí que pudiera respirar y tragar, estaba apretándolo mucho;  y me ayudó a ponerme esa cosa tan complicada.

-Tiene suerte de que haya vivido tanto tiempo, señorita, sería muy gracioso que se perdiera dentro de un vestido.

-Ni que fuera tan difícil, teniendo en cuenta este vestido…

-Ahora debo irme  un momento, si no le importa la peinaré y debo marchar para arreglarme.- dijo tras haberme puesto el vestido y mientras lo abrochaba

-¿Peinarme? ¿A arreglarte?

-¿Tiene algún acompañante?

-¿Quién te ha pedido que lo seas…?- Simplemente sonrió y desapareció…- Maldito demonio…

-Le estoy oyendo señorita, suba a su habitación por favor.

Me sorprendí de oír su voz y subí resignada las escaleras, me puse las botas mientras me peinaba; no tenía ni idea que pudiera hacer eso. No se como lo hizo me cogió el pelo aun lado e hizo como una coleta pero que cayera por mi parte derecha, me onduló el pelo y me bañó en laca. Cuando fui a hablarle había desaparecido, me maquillé un poco, al estilo actual y me bajé al sofá a esperar a Grell.

A las 20.30 Grell llegó tocando al timbre, le abrí la puerta… Me encontré a un hombre... con esas gafas suyas rojas con una coleta y un par de mechones sueltos, y… llevaba puesto un vestido rojo pasión con unas rosas negras…

-Grell, tú… ¿tú eres un hombre con complejos verdad?- le pregunté extrañada.

-¡Ah! Yo siempre quise ser una mujer, y hacer de Sebas-chan mi hombre… niaaaa, por cierto ¿dónde está?

-No tardará en llegar, supongo…

-Llegaremos tarde, ¿no te importa verdad?-

Lo miré mientras me decía eso... ¿Qué clase de pregunta era esa? Sólo le importaba su Sebas-chan, pero en cierto modo me gustaba ese tipo, era muy raro, y evidentemente un hombre con complejo de mujer, pero he de decir que el vestido le quedaba genial y por algún motivo entendía parte de esa personalidad o ser o... lo que fuera. 

Kuro se acerco a mí pidiéndome comida, le puse también agua y en eso la estrella de la noche, por que evidentemente yo no era nadie; llegó. Vestía más elegante que de costumbre, una camisa blanca, unos pantalones de vestir, un pañuelo a conjunto con mi vestido atado al cuello, y una chaqueta que le llegaba por las rodillas, unas gafas muy finas y rectangulares y como dato curioso se había apartado el mechón de la izquierda detrás de la oreja.

Grell le saltó a los brazos y éste simplemente lo esquivó acercándose a mí y acompañándome a la salida. Cerró la puerta, y me ayudó a entrar en el coche de caballos. Me quedé patidifusa cuando vi eso en la puerta de mi casa. El trayecto fue muy silencioso y cuando llegamos, Sebastian me paró un segundo antes de bajar del coche.

-Si algo inesperado ocurre, no se separe de mí. Quédese dónde pueda verla. Si no me ve llámeme.

-Está bien…

Él bajó primero y después me ayudó a mí, muy elegante, como siempre, nada más girarse para ayudarme a bajar ya había llamado la atención de la gente, me sentí por unos momentos muy afortunada, luego pensé en que ese hombre iba a matarme y se me pasó; pero el caso es que todo el mundo le miraba a él con deseo y a mí con 'un poco' de odio.

Entramos, había muchísima gente, la mansión era enorme y preciosa, todo el mundo rumoreaba cosas sobre la fiesta y sobre el anfitrión, pero no pude deducir nada, simplemente que parecía ser muy joven y sin familia. Me aparté un momento de Sebastian harta de miradas afiladas y traicioneras y me encontré con un tipo muy raro. Estaba hablando algo del conde pero estaba solo. Vestía todo de negro, con un sombrero de copa que caía hacia atrás, su cabello y uñas largas, cabello muy claro y grisáceo y uñas negras… piel pálida bastante alto… Me dio muy mal royo. Se acercó a mí y se inclinó para hablarme.

-Asique ese mayordomo tan curioso le pertenece ahora… Qué divertido.

Cuando fui a decirle algo se fue, como si con él no fuese la cosa. Segunda vez que alguien actuaba de esa manera. ¿Qué tipos más raros había en esta fiesta? Bueno sólo Grell y este hombre, los demás eran o parecían normales. Un niño se acercó a mí.

-¿Le importaría venir conmigo a un lugar más privado?

Era un niño monísimo, de cabello oscuro y mirada fría, muy educado, vestía con unos pantalones azules por encima de la rodilla unos zapatos y una chaqueta también azul. Me ofreció su mano para que me guiara y la acepté con una sonrisa, por algún motivo cuando toqué su mano, mi mirada se clavó en Sebastian y nos siguió. Me llevó a una sala apartada y me sentó en un sofá, Sebastian se había colado y miraba la situación.

-Muéstrate Sebastian, no puedes esconderte de mí.

-Lo siento mucho, he sido un poco descortés; aunque usted tampoco me ha saludado después de tanto tiempo…

-Más tarde hablaré contigo de conducta, por el momento, le he traído aquí señorita por que quiero pedirle que me devuelva  mi mayordomo.

-¿Perdón?- aquello fue una bofetada en la cara a traición.

-No se altere,- no lo estaba, almeno no lo mostraba- he de decir que me gustan sus actuaciones y me honra que haya terminado aceptado la invitación, pero mi verdadero motivo era que me devuelva a Sebastian, mi mayordomo. ¿No es así?

Él se inclinó ante él y con un rostro un tanto dolido se quedó a su lado.

-¿Este era el motivo por el cual no querías que viniera, Sebastian? Y supongo que este niño es el Conde Phantomhive. ¿De qué te sorprendiste pues al leer la carta?

-No tienes que contestar, Sebastian- dijo el niño despreocupado

-Es una orden.- dije molesta.

-Sebas-chan, pensaba que me habías abandonado… ¡Ho! Parece que interrumpo algo, será mejor que me vaya, Sebas-chan avísame cuando estés libre, estaré esperando a que me saques a bailar. Muaa- le lanzó un beso desde la puerta y desapareció tras ella

-Bocchan, lo siento le estuve buscando pero no le encontré, el contrato no funcionaba, no sabía dónde estaba, pensé que estaba muerto.